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Testimonios de alumnos trabajando

Andrés Gambarrotti

 

Escuela del Aire llegó en un momento decisivo de mi vida, en el cual había terminado ya mi carrera como Técnico en Cocina Internacional. Tenía 20 años cuando encontré la oportunidad que siempre busqué, que era la de trabajar en el mundo de la aviación comercial. Durante el año que estudié en Escuela del Aire, mi mente se abrió muchísimo, pude finalmente comprender el gran movimiento que se da al momento de sacar un vuelo en cada una de sus áreas: Servicio a Bordo, Catering, Tráfico, Seguridad, por mencionar apenas unas cuantas, además de todo aquello que conlleva ser un Tripulante de Cabina o Agente de Tráfico Aéreo y todos los conocimientos que esto requiere.

 

La experiencia que viví durante aquellos 12 meses fue sin dudas algo increíble, no sólo por haber crecido como persona, sino también como profesional, la cual en Noviembre 2010 me dio la gran oportunidad de empezar a desarrollarme en la vida aeroportuaria a través de Delta Airlines como Agente de Servicio al Pasajero, donde pude poner en práctica todos aquellos conocimientos que Escuela del Aire me ayudó a adquirir. Más de 2 años después, continuo desarrollándome día a día en esta vida Aeroportuaria que tanto amo, ahora para la empresa administradora del Aeropuerto de Guayaquil, en el área de Servicio al Cliente. El sueño nunca termina y la meta está siempre arriba en esta corta carrera de alto vuelo.

Isaac Poggi

 

Al final de un trayecto educativo, de los tantos que nos hemos fijado en la vida, nos cuestionamos, qué fue lo más importante que recibí? Si bien es cierto, la mayoría contestará que fue la formación... Y fue exactamente la formación lo más importante porque gracias a ello aprendí  a ser responsable, puntual y profesional. Ya que esto me ayudaría con el día a día y que en definitiva es la clave para triunfar.

 

Adquirir todo esto no ha sido fácil, desprendernos de viejos patrones y modelos muchos peor, y en ese aspecto creo afirmar sin temor a equivocarme, que los seres humanos nos parecemos. “El que persevera alcanza”, dice un refrán, el mismo que  puse en práctica en Escuela del Aire, siempre supe que mi meta era llegar a trabajar en una aerolínea, de hecho para eso me estaba preparando, así que toda la preparación académica que me ofreció Escuela del Aire fue dirigida a ese objetivo, lo que se tornó para mí en una ventaja y un valor agregado que me daba ventaja sobre otros aspirantes.

 

Pero también sabía que era una profesión que me hacía sacrificar el tiempo en muchos cosas como: Familia, amigos, relaciones sentimentales, etc. Y sabia también que era una profesión sin horarios pero acepté el reto y Escuela del Aire también me adiestró en eso, por ello mis más sinceros agradecimientos a todos aquellos maestros y directivos que la componen, porque estoy haciendo lo que me gusta, y lo disfruto, porque me preparó para un futuro convertido ahora en presente no sólo en lo académico, sino también en lo personal.

Alcides de Oliveira

 

Tengo que describir mi estancia en Escuela del Aire como “gratificante” y fructuosa, y gracias a ello y la formación académica, que recibí, hoy estoy trabajando en LAN Ecuador. Mi sueño de volar se hizo realidad, producto de un gran esfuerzo, dedicación. Cuando lo que más nos gusta ha sido recompensado, ya no lo vemos como un  trabajo, sino más bien como la mejor experiencia de nuestras vidas.

 

Cada aprendizaje en Escuela del Aire fue un paso con certeza hacia las pruebas que tuve que dar en LAN, esto es un testimonio que por experiencia se los transmito a los futuros Aspirantes a tripulantes de Cabina, esa ilusión, con la que cada fin de semana iba a Escuela del Aire, con altibajos y todo, alimentó más mis ansias de aprobar cada módulo, y lo logré. Estoy feliz de poder compartir con ustedes mi experiencia, sobre todo no pierdan la fe en Dios y a Escuela del aire por ser los gestores de mis primeros pasos.

María José Bravo

 

El curso de Formación de Aspirante a Tripulante de Cabina ha sido una excelente experiencia de formación profesional, así como una gran oportunidad para aprender y afinar conceptos, teorías, prácticas, además de conocer y reconocer las diferentes manera al pasajero a bordo; también aprendí sobre medicina aeronáutica, como acercarme a diferentes personalidades y lo más importante fue conocer y poner en práctica el inglés aeronáutico. Considero que el curso da la oportunidad de conocer muchas ramas además del servicio al cliente.

Andrea

 

Desde siempre me ha apasionado la aviación. A mis 27 años me enteré que había una institución donde podía formarme para ser TCP, busqué información sobre la misma y cuando la obtuve, no dude en inscribirme, sabía que había llegado al lugar correcto para estudiar lo que tanto amaba. Debo decir que durante los meses que estudié en Escuela Del Aire, pude expandir mis conocimientos; en la cual aprendí muchísimo sobre las funciones de un TCP y más. Escuela del Aire es una institución tan completa que no solo te forman para ser aspirante a TCP, sino también para Tráfico Aéreo.

 

Escuela del Aire ha sido una de las mejores experiencias que he tenido, ya que cuenta con un excelente personal docente y administrativo, sin olvidar a la Directora Miss. Karina Llanes quien me ha guiado al Éxito y me enseñó cómo ser un líder. Escuela del Aire cambió mi forma de ver el mundo, ampliando mis horizontes y enseñándome que siempre puedo dar más de mí. Aquí encontré más que docentes, a mi segunda familia. Y si me preguntan cuál es la mejor institución para formarme como aspirante a TCP, sin dudarlo mi respuesta siempre será: Escuela del Aire.

Karim Maldonado Peláez

 

Me graduaba de la secundaria cuando conocí sobre Escuela del Aire. Estaba entre ser Tripulante de Cabina o seguir una carrera universitaria durante 5 o 6 años.

 

Me di cuenta que, Escuela del Aire me brindaba la oportunidad para salir al mundo de la aviación, con una capacitación adecuada en poco tiempo. A pesar que muchos compañeros desistieron a lo largo del camino, siempre traté de esforzarme y finalmente culminé mi objetivo.

 

Hoy continúo con mis metas profesionales, convencida de la capacidad, actitud y conocimientos que Escuela del Aire sembró en mí.

 

Felicito la loable labor que esta distinguida institución realiza, pues formar profesionales con valores, comprometidos con el servicio a tiempo completo, no es fácil; ¡es maravilloso! Ya que cada persona descubre en sí misma un mundo diferente, ese mundo donde sabes que los demás verán en ti esa seguridad, ese apoyo, esa empatía para darles asistencia y solución a diversos problemas que se presenten.

 

Estoy sanamente orgullosa por haber pasado por la mejor Escuela de formación para Aspirantes a Tripulantes de Cabina, pues, marcan mi vida para siempre y sé que puedo competir en el mundo aeronáutico gracias a ustedes.

 

 

Gianella Torres

 

Por la facultad que tiene el Tripulante de Cabina de representar a la compañía aérea en el momento en que se esté• en vuelo, tendemos a suponer que es una profesión en la que las formalidades estéticas resultan imprescindibles (blanco, delgado y con un lindo rostro), y muchos pueden llegar a desistir de este sueño; y esto es un punto erróneo, pues hoy en día, lo fundamental es una correcta presencia física acorde con la futura profesión, actitud servicial, calidez, seguridad y destreza para responder de manera eficiente, a las necesidades puntuales que se presentan en la diversidad de viajes.

 

Como ex alumna de Escuela del Aire, me siento muy satisfecha de haber culminado esta venturosa etapa y poder compartir un poco de mi experiencia con ustedes. A pesar que mi vida ha tenido cambios muy drásticos, desde graduarme de química-bióloga en el colegio hasta terminar siendo ingeniera en comercio exterior en la universidad, fue aquí cuando en realidad me di cuenta cuál era mi verdadera vocación.

 

Descubrir esta nueva carrera, me permitió usar mis talentos dispersos y todo lo que había aprendido durante años, además que el sector aeronáutico siempre me ha parecido sostenible, por la continua demanda de líneas aéreas para transporte de pasajeros y carga a nivel mundial; pues los aviones siempre van a estar ahí para ello.

 

En Escuela del Aire tuve docentes muy profesionales, que sabían transmitir esa magia de ser Tripulantes de Cabina. Grandes personas me recibieron con las manos abiertas, llenos de energía y alegría. Todas las mañanas con cara de sueño me regalaban una sonrisa que despertaba a todos.

 

Aprendí mucho, no solo en cuanto a aviación, sino de psicología, supervivencia, lógica, compañerismo, cada día era diferente y me otorgaba un enriquecimiento personal que pocos trabajos de oficina pueden aportar. El ambiente que se vive en la escuela es único, las clases son muy especiales y el trato con los profesores es personalizado.

 

Desde el principio encontré amabilidad y disposición por parte de todos, cosas que luego se convirtieron en una bonita amistad tanto con profesores/as como con alumnos/as. Sabía que el mundo de la aviación era bonito, pero la escuela lo ha hecho aún más, sólo hay que ver el grupo de profesionales que son todos.

 

La gestión de la institución es maravillosa, me ayudó a descubrir el mundo de la aviación en el que ahora tengo oportunidad de desarrollarme como tripulante, y sin duda, hoy puedo decir que fue una elección muy acertada de la que jamás me arrepentiré. Todo lo que aquí aprendí fue fundamental para pasar cada entrevista de trabajo, y todavía hoy, en cada vuelo están presentes las palabras y los consejos de mis profesores y amigos.

 

Del mismo modo, cada uno/a de ustedes tiene la posibilidad de destacarse en el logro de sus metas personales, desarrollando al máximo los talentos que Dios les ha confiado. Eso requiere estar dispuestos a perseverar en este trabajo, recuerden que no podemos escalar la escalera del éxito con las manos en los bolsillos, pues el futuro no pertenece a quienes saben esperar, sino a quienes saben prepararse. Si queremos ser parte del mejor trabajo del mundo,  jamás quitemos la mirada hacia arriba.

 

¡Saludos y un fuerte a mis futuros colegas del aire!

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